Noche, llegas otra vez con tus incertidumbres,
con tus preguntas,
tus nostalgias,
con lágrimas atrancadas en la garganta,
con algo que crece en el pecho y no se va.
Noche, acalla la voz que no cesa de gritarte ese vacío
que hoy, en medio de la lluvia, ni el lienzo ni el color llenan.
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